Las algas se componen de organismos acuáticos que capturan luz solar y el dióxido de carbono para hacer la foto-síntesis y así producir su energía, y además producir aceites vegetales que se pueden transformar en biodiesel. El rendimiento en producción de biodiesel con algas es unas 300 veces superior al que se alcanza con soja y unas 25 veces al que se consigue con palma. A ello hay que añadir el tiempo record de crecimiento de las algas que es solo de unos pocos días lo que contrasta con los tiempos de crecimiento mucho más largos de las plantas oleoginosas.
El aumento progresivo del consumo de petróleo, el estancamiento de las reservas probadas de las reservas fósiles, el cumplimiento del compromiso de Kyoto y el calentamiento global son factores que ejercen una presión cada vez mayor sobre los esquemas energéticos de los países desarrollados. Dentro de este marco, los bio-combustibles se consideran como energía renovable alternativa. Recientemente se viene estudiando el cultivo de algas microscópicas como una opción de gran potencial para producción de combustibles líquidos para el transporte ya que reducen las emisiones de gases de efecto invernadero y presentan una productividad muy elevada. Cuando se comparan las productividades (m3 de aceite producidos por km2 de superficie) las algas alcanzan rendimientos (m3 aceite producido por km2 cultivado) de 10.000-20.000 m3/km2, que resultan mucho más elevado que el alcanzado por la colza (120 m3/km2), la soja (40 m3/km2), la mostaza (130 m3/km2) y la palma (600 m3/km2).
jueves, 20 de agosto de 2009
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